La Fortaleza es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la Arqueología de Gran Canaria. Está formado por tres roques, la Fortaleza Grande, la Fortaleza Chica y Titana.
Este lugar se ha vinculado con la rendición de los aborígenes canarios el 29 de abril de 1483 a las tropas castellanas, tras la cual el caudillo Bentejuí y el faycán de Telde, Tazarte, se despeñaron por sus riscos al grito de ¡Atis Tirma! No obstante, en la actualidad se pone en duda que dicho acontecimiento sucediera en este lugar. Hoy en día los arqueólogos piensan que este yacimiento pudo ser el templo de Humiaya, uno de los dos grandes templos de los aborígenes de Gran Canaria.
Gracias al Carbono 14 sabemos que el poblado de La Fortaleza estaba habitado ya hace unos 1400 años, es decir, desde el siglo VI d.C. De la Fortaleza Grande destaca su cima. En ésta hay un conjunto de grabados rupestres, un gran número de muros, aparentemente defensivos, así como estructuras de piedra que se vinculan a prácticas cultuales y que algunos autores atribuyen al seguimiento de las estaciones (equinoccios). La excavación de estas estructuras nos habla de ritos donde el fuego y la fauna tuvieron un papel importante. La riqueza y la variedad de manifestaciones arqueológicas presentes en este yacimiento (espacios de hábitat, de enterramiento, cultuales y manifestaciones rupestres) contribuyen a que este entorno haya sido declarado Bien de Interés Cultural.
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